El proyecto cultural de Howden sigue en marcha. ¿Consideras que está siendo un éxito?

Toda iniciativa cultural en el marco empresarial es un éxito en sí mismo porque ayuda a sacar la empresa de la dinámica de beneficio y cuenta de resultados donde tantos la encuadran. Si además se hace con el amor, la sencillez, el detalle, el cuidado, el amor por el arte con que Howden lo hace, traspasa esa línea temporal y se convierte en una repetición en tiempo, en parte de nuestra esencia, y ahí si radica el verdadero éxito.

Cuando Howden en Sevilla no se pueda entender sin la Sala Patricio, entonces habremos cumplido nuestro objetivo como empresa.

 El día que se puso en marcha la Sala Patricio explicaste que uno de los objetivos es dar oportunidades a diferentes artistas, así como ayudar a visibilizar su obra. Hasta ahora, ¿Qué feedback has obtenido de los pintores que han podido exponer sus cuadros?

La sala pretende ser como una incubadora del talento, poniendo al servicio de los artistas un espacio único y bien situado para que den a conocer su obra. Nuestro interés es que ellos tengan éxito. Hasta la fecha solo he recibido muestras de cariño y apoyo por parte de todos.

Por otro lado, gracias a la Sala Patricio se ha acercado la cultura a parte de los trabajadores de Howden, que tienen a pocos pasos la posibilidad de disfrutar y adentrarse en el mundo del arte.  ¿Crees que puede influir de alguna manera en su día a día?

Cuando el arte nos rodea, el arte nos transforma. Hace muchos años yo trabajaba en Londres en un banco cerca de la National Gallery y cada mediodía me cogía un sándwich y me iba a las salas del museo a leer y a ver arte. Creo que eso influyó en mí, y de la misma forma creo que a nuestro Mundo Howden también le traerá cosas buenas. El arte transforma, no exige nada, te da libertad sin límites y fomenta la imaginación.

Y ahora, nos adentramos más en ti. ¿En qué puede parecerse tu día a día laboral con el de un artista?   

Mi día a día es quizá más variado que el de un artista, pero al igual que cuando un artista se enfrenta al lienzo blanco y debe meditar su primera pincelada, yo debo encontrar ese tiempo en la vorágine de trabajo en las que todos vivimos para que los pasos de mi empresas sean firmes y sobre todo coherentes con el espíritu con que nacimos.